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Allapp

La leyenda de La Planchada, una enfermera fantasma

mayo 4, 2022

Decir que en un h0sp1tal hay fantasmas puede ser la cosa más cliché del mundo. Sin embargo, es una posibilidad enorme pues allí habitan muchas personas a las que le llega el momento de partir de este mundo. Por alguna razón, su espíritu queda atrapado en esta dimensión y andan vagando por los edificios de la que fue su última morada, apareciendo de vez en cuando frente a los ojos del personal médico.

Sus intenciones tal vez no sean malas, simplemente no saben qué hacer, pero sin duda, ver una silueta vaporosa u objetos moverse puede ser aterrador. Pero también existen fantasmas que sí tienen un propósito en este plano terrenal; por ejemplo, aquellos trabajadores del recinto que deciden quedarse para seguir ayudando a los pacientes.

Una de las tantas historias de fantasmas de h0sp1tal es la de La Planchada. Se trata de una leyenda popular mexicana sobre una enfermera fantasma que atiende a los pacientes cuando están más vulnerables y los ayuda a sanar milagrosamente.

La joven enfermera

El origen se remonta a principios del siglo XX, en la Ciudad de México; específicamente en el H0sp1tal Juárez. Aquí trabajaba como enfermera una joven llamada Eulalia.

Ella era apasionada por su trabajo; amable y cariñosa con sus pacientes, siempre los atendía de buena cara y demostró ser una excelente persona y enfermera. Además, todos los días llevaba su uniforme impecable; bien limpio y planchado. No se le podía señalar ninguna mancha o arruga en la tela blanca.

Debido a su profesionalismo y buena actitud, se ganó rápidamente el aprecio de sus compañeros y los pacientes. En realidad, su vida era tranquila, dividía su tiempo entre su trabajo y su familia y todo parecía ser perfecto; hasta que un día, sucedió algo que cambiaría su vida por completo.

Al h0sp1tal llegó un nuevo médico; un joven muy apuesto de nombre Joaquín. Todo el personal acudió a darle la bienvenida pero Eulalia no quiso hacerlo ya que prefirió mantenerse junto a uno de sus pacientes pues eso era mucho más importante para ella. Las mujeres notaron el gran atractivo del nuevo doctor y más de alguna hubiera querido tener un romance con el joven. A Eulalia no parecía importarle este tipo de asuntos, hasta que conoció a Joaquín. Ahora tenía un nuevo interés en la vida.

Por azares del destino, la joven enfermera fue llamda para trabajar en un caso junto al doctor y desde el momento en que lo vio, Eulalia quedó perdidamente enamorada de él. Las manos le temblaban y se ponía muy nerviosa cada que estaba cerca de Joaquín. En verdad era tan grande lo que ella sentía por el joven que se propuso ser su pareja.

Luego de algunos meses, el contacto entre ambos compañeros de trabajo hizo que surgiera cierto tipo de afecto. Eran de cierta manera amigos, pero Eulalia quería ser algo más; hasta que un día, finalmnte lo logró. Joaquín aceptó ser su novio y comenzaron una bonita relación, o al menos así lo creía Eulalia; quien ya había comenzado a soñar con la boda.

Pero el destino tenía preparado algo cruel para la entusiasta enfermera

Pronto, Eulalia comenzó a sentir que Joaquín no la amaba tanto y sus sospechas se hacían más grandes debido a los rumores de que el doctor coqueteaba con cualquier enfermera que se le pusiera enfrente. Sin embargo, el corazón de Eulalia se tranquilizó cuando inesperadamente Joaquín le pidió matrimonio.

Muy feliz, presumió su anillo de compromiso a todas sus compañeras y comenzó los preparativos de la boda. Algunos días antes de la ceremonia, Joaquín le mencionó a su futura esposa que debía viajar a otra ciudad para arreglar asuntos relacionados con la boda. Eulalia sintió que su corazón se partía ante la idea de dejar de ver a su amado tanto tiempo, pero se consolaba al pensar que a su regreso, estarían felizmente casados.

Sin embargo, la fecha se acercaba y el hombre no volvía. Pero como los rumores viajan mucho más rápido que las personas; pronto llegó la noticia al h0sp1tal de que Joaquín se había casado con otra mujer y que estaba de luna de miel.

El mundo de Eulalia se derrumbó. Ante las burlas de sus compañeros por su desgracia y el profundo dolor que le causó aquella traición; el corazón de la joven se transformó. Ahora sólo tenía lugar para el odio.

La que antes había sido una dulce enfermera, ahora trataba mal a los pacientes, era grosera con ellos y los descuidaba a tal punto que muchos perdieron la vida por sus negligencias. Durante algunos años más, Eulalia siguió comportándose de esa manera en su trabajo; ya no era querida por nadie, pero esa vida de dolor y odio también llegó a su fin.

En el mismo h0sp1tal en el cual prestó sus servicios varios años, Eulalia falleció. Pero segundos antes de dar su último aliento, se arrepintió el modo en que había tratado a los pacientes tras su decepción amorosa. Sin embargo, a pesar del arrepentimiento, Eulalia no pudo perdonarse a sí misma.

La planchada

En el H0sp1tal Juárez, los pacientes comenzaron a contar sobre una amable enfermera con un atuendo perfectamente blanco y planchado que les ayudaba en un momento difícil.

Son muchos los testimonios de personas que aseguran que una enfermera como de otra época los ha atendido. Dicen que la joven, hermosa y bien vestida, ha llegado cuando necesitan tomar un medicamento, cuando están medio dormidos o despertando de una anestesia o en cualquier momento de necesidad apremiante. Todos coinciden en que la enfermera es extremadamente amable y algunos dicen que hasta les ha contado su historia de desamor.

Al llegar el personal médico para revisar al paciente, este comentaba, naturalmente, que una enfermera acababa de atenderle. Los doctores y enfermeras preguntaban un poco más acerca de esta persona y cuando el paciente daba la descripción, todos quedaban mudos, pues en ese h0sp1tal, no había ninguna enfermera que tuviera esos rasgos.

Así es como nació la leyenda de La Planchada, una enfermera fantasma que vela por los pacientes y los atiende en el momento que más lo necesitan, salvándoles la vida.

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