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Allapp

La triste historia de Schlitzie, uno de los personajes más importantes del ‘Freakshow’

mayo 9, 2022

“Niña mono”, “La última de los aztecas”, “cabeza de alfiler” o simplemente “freak” fueron algunos de los apodos que tuvo durante su fama, la cual fue triste.

Muchos lo conocieron como Schlitzie, sin embargo la gran cantidad de apodos que tuvo jamás permitieron saber su nombre completo. Su condición física lo llevó a alcanzar una gran fama, pero también la convirtió finalmente en un calvario con un final muy sinsabor.

Aunado de lo poco que se sabe de su nombre, tampoco se sabe mucho de la vida de Schlitzie. Algunos registros apuntan que pudo haber nacido a principios de los 1900. De acuerdo a diversas fuentes, parece que nació en el Bronx o en Nueva York.

Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre su nombre. Algunos mencionan que se llamaba Simon Metz, pero otros argumentan que en realidad era Shlitze Surtees. Esta disputa sigue hasta nuestros días ya que la mayoría de lo que se sabe de este hombre fue transmitido por los diversos padres adoptivos que tuvo a lo largo de su infancia.

Schlitzie nació con una condición llamada microcefalia. Esta condición es caracteriza por un desarrollo deficiente de al cabeza, el cerebro y el cuerpo en general. La comunidad científica tampoco sabe qué condiciones originan este padecimiento.

La microcefalia afecto a Schlitzie causándole una diversidad funcional amplia. Incluso de adulto tenía el comportamiento de un niño de dos o cuatro años, solo podía enunciar palabras cortas. Su condición también le hizo que su cabeza se desarrollara en una forma muy peculiar, rasgo que atrajo la atención de varias personas.

La fama

Schlitzie se ganaba el pan participando básicamente en todos los circos importantes de principios del siglo XX. Participo dentro del Circo Internacional Dobritsch, el Ringling Bros. y el Circo Barnum & Bailey. En aquel entonces hablamos de una sociedad segregada, con un esclavismo todavía latente y todo lo que conllevó a las dos guerras mundiales. A Schlitzie se le consideraba un monstruo. Estaba despojado de toda su humanidad.

En la mayoría de sus actuaciones este hombre aparecía como mujer, es por esto que a menudo se le veía con un vestido largo. Algunos historiadores han mencionado que el uso de vestidos tenía más que ver con la facilidad para poder cambiarle los pañales, cuestión que ayudó a la creación de su apariencia de “Niña monstruo”

En 1932 su fama llegó a niveles inesperados tras aparecer en la película “Freaks”. Esta producción habla de una historia de amor y traición que se ambienta en el mundo de los “Espectáculos Paralelos”. La cinta es conocida en todo Estados Unidos por presentar a muchos personajes que tenían cabida en los circos de monstruos de principios del siglo XX.

Esta fue una de las primeras películas controversiales pues escandalizó a la sociedad. Incluso ‘The Hollywood Reporter‘ la calificó como “un ataque escandaloso a los sentimientos, sentidos, cerebro y estómago de la audiencia“.

Sin embargo, para Schlitzie esta película le presentó una oportunidad única, que también lo llevó a su destino. La sencillez de este hombre cautivó al público y lo convirtieron en una especie de estrella.

Después de ‘Freaks’

Schlitzie continuó su gira dentro de los circos tras el estreno de la película. Era tal su fama que en 1936 un entrenador de chimpancés llamado George Surtees de ‘Tom Mix Circus‘ decidió ir a tribunales para convertirse en su tutor legal. De acuerdo a varios informes, Surtees era muy apegado al hombre y lo veía con cariño de un padre.

Desafortunadamente su tutela duró solo hasta 1965, cuando Surtees falleció. Fue entonces cuando la hija del hombre mandó a Schlitzie a una institución mental de Los Ángeles. Duró tres tristes y solitarios días bajo el cuidado de un hospital psiquiátrico. Nunca tuvo una verdadera familia, amaba el circo como si fuera su hogar y era la única vida que conocía. Por su parte el hospital era frío y hostil.

Después de un tiempo, otro ‘freak’ de circo, un tragaespadas llamado Bill Unks, quien conocía a Schlitzie decidió presionar al hospital para convertirse en el cuidador de el hombre. La institución no tuvo más que aceptar esta petición.

Tras esto actuó unas veces más en el ‘Dobritch International Circus‘ antes de retirarse por completo de estos medios y mudarse de nuevo a Los Ángeles. Sin embargo, incluso en su retiro, para Schlitzie la vida era entretener gente. Le gustaba actuar y bailar en los parques mientras daba de comer a las palomas y patos en el MacArthur Park, lugar que frecuentaba.

Tras todos estos acontecimientos y una vida llena de actuaciones, este hombre no tuvo ni riquezas ni una casa propia. Murió en 1971 pero lo poco que tenía le sirvió para poder pagar una lápida otorgada tras su muerte. En 2007,  un fan recaudó dinero para poder ponerlo en un sitio digno para su descanso eterno. A pesar de todas las vejaciones y maltratos que sufrió durante su vida.

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