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Allapp

Noroko, la muñeca maldita hecha con partes humanas

mayo 6, 2022

Hay algo en las muñecas que nos hace temblar de miedo. Tal vez sea la idea de que un objeto inanimado tenga la capacidad de moverse y cometer actos aterradores y cr1m1nales. No es que estemos culpando a Disney por ello, pues a través de Toy Story, al menos intentaron demostrar que los juguetes que se mueven son amigables y hasta buscan protegernos. Pero por estas películas que se cuentan con la palma de una mano, hay cientos que nos demuestran todo lo contrario.

Y no es cuestión puramente cinematográfica, pues existen muchos mitos y leyendas que giran en torno a muñecas pos3ídas, dem0níacas o malditas que buscarán hacerte daño.

Una de ellas es Noroko, la temible muñeca japonesa que no dudará en llevarte al más allá.

Noroko es una muñeca tradicional de Japón que curiosamente no tiene un rostro dibujado y también carece de pies; aunque es una juguete que divertía mucho a los niños. El origen de su maldición es antiguo y tiene que ver con una traición que desencadenó muchas gu3rras y mu3rt3s.

Había un emperador japonés que no obraba de acuerdo a lo que sus súbditos esperan de él, por lo que hartos, decidieron as3s1narl0. Le arrancar0n al corazón y luego lo enc3rrar0n en aquella tierna muñeca con la intención de que sirviera como pr1sión del alma del emperador. Luego, arrojaron la muñeca al mar para deshacerse de ella.

Por un momento todo parecía haber salido bien; sin embargo, el corazón enojado del emperador le dio vida a la muñeca, quien comenzó a buscar veng4nza. Salió del mar y aunque nadie tiene idea de dónde está, todos saben que si te encuentras con ella, debes prepararte para dar tu último aliento.

Si Noroko te ve, la desgracia te acompañará durante el resto de tu vida, que será muy corto pues ella usará cuchillas para acabar contigo.

Se dice que un coleccionista aficionado a lo paranormal y objetos malditos, al escuchar la leyenda, buscó por cielo mar y tierra a la muñeca. Finalmente logró conseguirla y la guardó en su casa, creyendo que la maldición no lo afectaría pero estaba muy equivocado.

Una noche, el coleccionista creyó ver que Noroko se movía, así que permaneció muy atento, observando alguna cosa fuera de lugar y así fue. La muñeca comenzó a moverse como si sintiera mucho dolor y desesperación; cada vez los movimientos eran más bruscos por lo que el hombre se alteró.

Quiso convencerse de que lo que veía era solamente producto de su imaginación, así que lentamente se acercó a la muñeca. Era de noche y estaba oscuro pero de pronto, pudo ver un brillo. Se trataba de Noroko, que sacó de su vestido una cuchilla y se abalanzó hacia el coleccionista. Le atravesó el corazón y luego huyó.

Desde entonces, nadie ha vuelto a ver a Noroko. Y quienes lo han hecho, no viven para contarlo.

Se dice que la muñeca entra a las casas y se mueve por el techo, donde permanece inmóvil en la espera de que su víctima abra los ojos y la mire para así acabar con su vida. Noroko odia que la miren porque no tiene un rostro, así que no muestra piedad por aquellas personas que se atreven a posar su mirada sobre ella.

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