Un relato digno de pesadilla, la tenebrosa historia de un sepulturero que, a pesar de que lleva mucho tiempo trabajando en un cementerio, un día experimento algo que aún le provoca pesadillas.
Hay muchas personas que conviven de cerca con la muerte todos los días, como los sepultureros o quienes trabajan en morgues o funerarias. Estas personas pasan su jornada laboral rodeadas de c4dáveres de todo tipo, es normal que generen una resistencia o indiferencia a escenas fuertes. Algunas de estas personas pueden llegar a contarte historias aterradoras, como el haber visto almas deambulando y desaparecer repentinamente.
En ciertos casos, cuando realizan los rondines de la tarde o la noche por los nichos de los panteones, es común que emerjan sombras oscuras por los pasillos, principalmente cuando hay luna llena. Por medio de redes sociales se dio a conocer la historia de un sepulturero que un día no pudo más y el miedo de su propio oficio lo consumió.
A continuación te dejamos su narración de los hechos:
Yo no sabía de esos sucesos hasta que los viví. Hasta el día de hoy lo recuerdo perfectamente y aun siento ese miedo, ese frío recorrer mi espalda. De hecho, no he sido el único que ha presenciado dichas apariciones en el lugar del que les voy a hablar.
En el año 1995, una tarde antes del cierre del cementerio, miré como una persona se dirigía a una de las bóvedas, en la cual habían sepultado a una señora el día anterior. Antes de continuar les debo aclarar que esa zona en específico pocas veces se abría al público, según tenía entendido, porque pertenecía a dos familias únicamente. Incluso, en la bóveda había un pasillo que separaba la propiedad de cada apellido y, al final, es encontraba la imagen de una virgen: La Milagrosa.
Al principio pensé que era algún familiar de la fall3cida, ya que ese día habían llegado varias personas a visitar en nicho.
Justamente ese día me tocaba limpiar esas áreas, así que traté de alcanzar al hombre para conseguir un poco de compañía mientras limpiaba. A pesar de que ya llevaba meses trabajando en el cementerio, aun no me acostumbraba al ambiente, a andar entre tumbas y muertos. Pero el hombre comenzó a caminar rápido a lo largo del pasillo, hasta que llegó al nicho de la recién fall3cida.
Rápidamente me dediqué a limpiar el lugar ya que así, cuando él se fuera, podría retirarme yo también. Posteriormente lo saludé, a o que el hombre me contestó amablemente; le pregunté si le incomodaba que limpiara y el respondió que no, que en unos momentos más se iría. Yo proseguí con mi trabajo.
Al principio, como lo había visto llegar, pensé que estaba esperando a alguien, pero después, sin que yo le hablara, me dijo que su esposa estaba por llegar para luego irse juntos, ya que tenía mucho tiempo sin verla.
“¿Desde cuándo que no la mira?” pregunté sin siquiera mirarlo. ¡Gran error! Comencé a sentir como un escalofrío recorría toda mi espalda cuando me dijo que más de 25 años, pero que la espera había llegado, ya que la habían sepultado el día de ayer.
Sentí como mi cuerpo se helaba al escucharlo y tuve miedo de voltear, así que poco a poco comencé a moverme para salir de ahí. Pero al girarme nuevamente el hombre ya no estaba.
Decidí aventar todo y huir rápidamente, llegué pálido a la garita y me dejé caer en una silla porque mis piernas estaban débiles.
Mi compañero Edgar me vio pasar corriendo y me siguió, sabía que algo extraño había presenciado, pues me dijo que pase corriendo como alma que lleva el diablo.
Le conté lo sucedido dentro de aquel pasillo. Él me miraba sin decir palabra alguna y le pregunté si me creía. Fue entonces cuando me dijo que sí, así que sentí alivio ante eso. En tono serio comenzó a decir que anteriormente, uno de los compañeros lo miraba entrar en el pasillo, pero al igual que yo tampoco lo miraba salir de éste
No podía creer que aquel señor que saludé era una aparición, era un alma que vino por su esposa para llevarla con él.
….y esa fue sólo la primera experiencia que tuve con un ser extraño en este cementerio.