La idea de encontrar una civilización perdida anterior a la nuestra es el sueño que la humanidad ha tenido desde hace siglos.
Desde Lovecraft hasta las ‘recientes’ teorías de conspiración de los reptilianos, la idea de que existiera una civilización que nos precedió y que fue igual o más adelantada tecnológicamente que nosotros ha invadido el imaginario colectivo. La pregunta por una civilización antigua ha llegado incluso al campo científico, quienes han puesto investigaciones en marcha para poder responder a esto.
Nuestro planeta tiene una edad aproximada de 4,470 millones y cerca de hace casi 60 millones de años nuestro planeta comenzó a tener lo que hoy conocemos como un ‘Cambio Climático’ en auge, haciendo que los polos se derritieran. A este hecho se le denominó “El Máximo Térmico Paleoceno-Econceno” (PETM)
Este aumento en temperaturas ha llevado a muchos a pensar que esto se trató de un efecto causado por una civilización previa a la humana, la cual, al igual que nosotros, provocó un incremento en el CO2 del planeta llevándolo a una extinción masiva.
Para poder investigar esta situación el profesor Adam Frank, de Universidad de Rochester, y Gavin Schmidt, Director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales (GISS) de la NASA, han propuesto que sería interesante ver cuáles son las evidencias que la civilización humana dejaría en caso de su extinción por un evento de cambio climático y compararlas con hallazgos para saber si sí hubo una civilización previa.
Los humanos actuales vieron la luz hace cerca de 300.000 años, pero no fue hasta hace unos 10.000 años que comenzó la revolución agrícola, cuando el ser humano cambió su entorno usando herramientas simples pero de diseño inteligente, tales como las palas o los picos y palancas.
Sin embargo estos materiales no sobreviven el paso del tiempo tanto como creemos, si quisiéramos encontrar indicios de una civilización, tendríamos que apuntar a buscar una con tecnología avanzada que podrían provocar un calentamiento global que pudiera justificar los picos del PETM.
Por lo tanto, podría tomar métodos de detección dedicados y nuevos para encontrar pruebas de un evento verdaderamente efímero en sedimentos antiguos. En otras palabras, si no lo estás buscando explícitamente, es posible que no lo veas, comentó Frank.
Para poder hablar de una civilización con tecnología avanzada en el pasado tendríamos que ver los sedimentos que serían evidencia de su existencia, ya que una población que cambia tanto la superficie que habita, como nosotros los humanos, no podrían irse sin dejar rastro. Nuestro impacto en el planeta es miles de veces más grande que el de los primeros humanos.
El rastro arqueológico de fósiles derivados de la supuesta actividad tecnológica serían similares a los nuestros. Tendríamos que encontrar un equivalente antiguo a las grandes cantidades de vacas, cerdos, pollos y consecuentemente ratas y palomas, que mueren anualmente para el sustento humano.
Otro tipo de evidencia que podría poner en una idea de la existencia de una civilización avanzada en el pasado es el uso de fertilizantes y fumigantes por miles de millones de toneladas que el ser humano usa para poder hacer crecer la comida. Estos sedimentos quedan redirigen el flujo de nitrógeno de la Tierra, lo cual sería un claro indicativo de una especie inteligente.
Actividades como la minería o la creación de materiales duraderos, como el plástico, dejan marcas que se calcula pueden durar miles de millones de años y sobrevivir para ser la muestra de nuestra actividad. Estos son algunos de los puntos a los que se dirigieron las investigaciones para poder ‘dar constancia’ de una civilización antigua de alta tecnología, similar a la nuestra actualmente.
“Nuestro trabajo también abrió la posibilidad especulativa de que algunos planetas podrían tener ciclos impulsados por combustibles fósiles de construcción y colapso de una civilización. Si una civilización usa combustibles fósiles, el cambio climático que provoca puede conducir a una gran disminución en los niveles de oxígeno en el océano“.
“Estos bajos niveles de oxígeno (llamado anoxia del océano) ayudan a desencadenar las condiciones necesarias para fabricar combustibles fósiles como el petróleo y el carbón en primer lugar. De esta manera, una civilización y su desaparición podrían sembrar la semilla de nuevas civilizaciones en el futuro“, sugiere Frank.
Al día de hoy no se han encontrado evidencias arqueológicas o físicas que puedan confirmar la existencia de una civilización que causara el PETM. Las investigaciones apunta a que esto se debió a razones como la actividad volcánica que calentó la atmósfera. Otros apuntan a que un cometa rico en carbono 12 suficientemente grande para albergar 100 gigatoneladas de carbono pudo haberse estrellado en algún lugar del mar, provocando así el calentamiento repentino del planeta.
Al día de hoy no existe un consenso para poder justificar el PETM, pero sí lo hay para hacer una datación de las diferentes extinciones y que todas hayan ocurrido de forma natural.