Si hablas con alguien que trabaje o haya trabajado con pacientes terminales, probablemente escuchaste todo tipo de historias. Desde pacientes que mejoran milagrosamente en el último momento, cuando todos daban por perdido el caso, o de pacientes que parecía que estaban en buena condición y de pronto su salud decae tan rápido que fallecen al día siguiente. De igual manera, hay casos que presentan una increíble mejoría pero de igual manera terminan falleciendo.
Por mucho que los doctores estén tratando de resolver todas las dudas que hay dentro del campo médico, no todo se puede de manera científica. Un ejemplo de algo dentro de ese campo, es la incertidumbre de la muerte. ¿Qué es lo que pasa cuando mueres? ¿Qué sientes o qué piensas? ¿Qué sucede con tu cuerpo o con tu cerebro? Son un montón de cuestiones de las que queremos una respuesta, pero que buscarla está dentro de los límites, principalmente ética.
Pero lo que sí podemos tener es aquello que se ve a simple vista, aquello que no requiere un estudio intrusivo para saberse, como de lo que hablamos al principio.
A lo largo de la historia estos fenómenos de mejoras sorprendentes con un final trágico se han conocido de diversas maneras: Lucidez paradójica, lucidez terminal, o incluso términos más poéticos como El último rayo de sol.
La medicina moderna ha aceptado todos estos términos, pero siguen sin saber qué es lo que sucede. Las dudas sobre estas anormalidades y el estudio sobre ellas existen desde Hipócrates, el padre de la medicina. Él junto con otros griegos contemporáneos creían que la muerte era el suceso donde el alma se separaba del cuerpo y que cuando esto iba a suceder, el alma accedía a un aumento de energía hasta que llegaba al clímax y partía.
Hoy en día existen muchas hipótesis del asunto, algunos creen que es un mecanismo de supervivencia, algo natural del ser humano, mientras que otros argumentan que se trata de oscilaciones normales y enteramente debidas al azar.
Al final es difícil estudiar los casos por diversas cuestiones éticas que surgen en los momentos terminales. Aun así existen raros estudios que abordan estos casos y los investigadores aseguran que es normal tener oscilaciones de conciencia en pacientes que sufren demencia en enfermedades terminales. Sin embargo, otros casos se desvían y presentan momentos de plena conciencia en pacientes que ya no tenían prácticamente ninguna capacidad de comunicación.
Un estudio realizado en 2009 por investigadores de Virginia, en Estados Unidos, analizó 49 casos que encajan en este fenómeno. La pequeña muestra obviamente no permitió conclusiones profundas, pero nos ayuda a comprender mejor lo que la ciencia realmente sabe sobre la llamada lucidez terminal. De los 49 casos, el 43% correspondió a pacientes que tuvieron una mejoría repentina un día antes de la muerte, mientras que el 41% de los pacientes mejoraron de 2 a 7 días antes de la muerte y el 10% de 8 a 30 días.
Otro estudio, realizado en 2018, señaló que normalmente, en estos casos, se produce una liberación de adrenalina y otras sustancias que provocan cambios en el organismo. Estos cambios son los responsables del aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, lo que en consecuencia mejora el funcionamiento de otros órganos. Eso podría explicar la repentina lucidez. Para algunos investigadores, esta liberación de adrenalina podría ser la reacción del cuerpo al darse cuenta de que la muerte se acerca. Pero esta teoría aún no ha sido probada. Supuestamente, el cuerpo hace todo lo posible para recuperar todo su potencial, pero cuando se agotan sus recursos, sobreviene la muerte inevitable.
También hay, por supuesto, quienes tratan de explicar estos episodios desde la idea religiosa. Este es el caso de un grupo de profesores de Estudios Religiosos de la Universidad de California. Según ellos, la lucidez terminal tiene su origen en el alma, y teóricamente ocurre cuando la conciencia del ser logra desligarse por completo del cerebro, funcionando independientemente del sistema nervioso.
Dejando de lado las teorías, la mayoría de los científicos cree que la lucidez termina es otro resultado de lo que conocemos como el sesgo de confirmación. Según los investigadores, muchos estudios dicen que las personas tienden a buscar prestar atención y recordar cosas que validan sus propias creencias y esto puede ayudar a explicar el por qué el fenómeno de la llamada lucidez terminal se ha convertido en un tema tan común.
En cualquier caso, la lucidez terminal sigue siendo un tema muy debatido en los hospitales y es un tema recurrente entre las personas que trabajan con pacientes gravemente enfermos.