
Uno de los mejores inventos en el mundo y además de ser de los más antiguos es el reloj, obviamente su forma ha evolucionado y lo que antes podía ser representado por una piedra, en la actualidad y en plena era digital, los relojes que conocemos hoy en día son sumamente tecnológicos.
Medir el tiempo y ver cómo los segundos, minutos u horas avanzan hacia adelante es una muestra evidente de que las cosas están quedando en el pasado y que la sociedad está moviéndose al futuro.
En diciembre de 2008, en la prefectura de Shangsi, un equipo de arqueólogos chinos encontraron un ataúd de aproximadamente 400 años de antigüedad, cuando trabajaban en una serie de tumbas de la dinastía Ming.
La dinastía Ming, o el Imperio del Gran Ming, fue la dinastía que gobernó en China desde 1368 hasta 1644.

Dentro del féretro reposaba el cuerpo de alguien llamado Si Qing. “Cuando tratamos de quitar la tierra alrededor del ataúd, un pedazo de roca cayó y cuando choco con el suelo hizo un sonido metálico”. dijo Jiang Yanyu, ex encargado de la Región Autónoma del museo de Guangxi.
Ese pequeño pedazo de roca en forma de anillo cautivó a los presentes y de inmediato comenzaron a realizar estudios para descifrar de qué se trataba. Tras analizar el extraño objeto concluyeron que era una especie de reloj con manecillas incluidas y detenidas en las 10:06.
Lo más llamó la atención de todos es que detrás del anillo estaba una palabra “Switzerland”, Suiza en español. Por más interesante que pueda ser, resulta altamente improbable que algo así sea real. La diferencia de tiempos es la primer evidencia que puede ser un buen argumento.
Los relojes no existían en la época de la dinastía Ming y Suiza todavía no era un país en ese entonces.

Algunos investigadores proponen la teoría de los los viajes en el tiempo, para ellos es probable que alguien del futuro dejó ese anillo, pero casi imposible de comprobar.
Otra conjetura es que un ladrón de tumbas trató de apropiarse de los contenidos y que en el proceso su anillo se cayó, pero los investigadores aseguran que ninguna tumba muestra evidencias de haber sido forcejeada.
Por último, también han pensado en la posibilidad de que algún roedor transportó el anillo hacia la tumba, pero hasta la fecha todo sigue un misterio sin resolver.
Tal vez, en el futuro y con una tecnología más avanzada que la nuestra, alguien pueda determinar su origen verdadero.