En 1990, la localidad de Almansa presenció un acontecimiento brutal donde una niña de 11 años sufrió terribles “maltratos” a manos de su misma familia.
Este año, en septiembre, se cumplen 32 años del famoso cr1men suscitado en Almansa en Albacete, donde un cúmulo de vecinos estupefactos presenciaron el arresto de Rosa Gonzálvez, Ana María Gonzálves, María Mercedes y María Ángeles Rodríguez Espinilla, todas ellas por estar inmiscuidas en un r1tual donde s0met1eron a Rosa Gonzálvez, de tan solo 11 años.
La madre era conocida en el municipio como “Rosa la Curandera”, ya que se dedicaba a la ‘magia y hechicería’ para las personas del barrio. La madrugada de 18 de septiembre de 1990, los vecinos de la calle Valencia alertaron a autoridades locales sobre una serie de gritos que provenían del número 4 de esa misma calle.
Al arribo de los policías se confirmó lo que se podría catalogar como una de las peores formas de m0r1r para una pequeña n1ña. ‘Rosita’, como la conocían en la localidad, había sido d3sm3mbrad4. De acuerdo al testimonio recogido de su propia Madre, Rosa Gonzálvez, esto sucedió porque estaban practicándole un ex0rc1sm0 pues su pequeña hija estaba “embarazada” del mismísimo d1abl0. Los forenses después declararon que no había evidencias de un embarazo en la menor y que la causa de su muert3 fue debido a un choque hipovolémico.
Tras este suceso, Martín Toledo, esposo de una de las acusadas, Ángeles Rodríguez Espinilla, declaró ante los medios que su mujer estaba obsesionada con el ocultismo. Días antes del suceso con Rosita, la mujer encerró a sus propios hijos y, de acuerdo a las palabras de Martín, iba a intentar hacer el mismo r1tual que realizaron con la hija de Rosa. “A mi mujer la inició Rosa Gonzálvez Fito en la cosa de la curandería hace cuatro meses“, comentó.
Tuvieron que pasar 2 años del fall3cimient0 de Rosita para que el 22 de enero de 1992, la Audiencia Provincial de Albacete comenzara un juicio contra las mujeres involucradas. En este proceso legal el testimonio del padre de la víctima, Jesús Fernández Pina, y el de una de sus tías, que inicialmente fue arrest4da, Ana María Gonzálvez Fito, aterrorizaron a la audiencia.
Tras el juicio fueron remitidas a un examen ps1qu1átric0 realizado por decisión del fiscal y la defensa de las ‘ex0rc1stas’. En el estudio se buscó encontrar algún estado psicót1c0 agudo con enajenación mental, el cual podría dar una sentencia de imputabilidad debido a sus problemas psicológicos. El Ministerio Público solicitó que todas fueran internadas por “un período no especificado de tiempo” en un centro ps1quiátr1c0. Esta fue la única sentencia emitida por el caso en 1992.
Durante el juicio se relató la noche de los hechos, los cuales advertimos que si son sensibles no deberían leerse. María Mercedes relató que la noche que sucedió el ‘ex0rc1smo’ entraron al cuarto de Rosita y la arrojaron a la cama, después de esto “comenzaron a romper estampitas, clavar agujas en un muñeco y a 0rinar en el suelo” mientras entonaban cantos.
Rosa la curandera había llegado a la conclusión de que Rosita estaba embarazada del d1abl0. Entonces todas sujetaron a la menor y le abrieron las piernas. De acuerdo a lo relatado, Rosita habría confiado en la opinión de su madre y no hubo un forcejeo inicial cuando el ritual comenzó. Durante el tiempo que duró el ‘exorc1smo’ la menor solo gritaba a Rosa: “¡Mamá acaba ya, mamá acaba ya!“.
Rosa comenzó a hurgar por la cavidad y empezó a arrancar pedazos que encontraba y sacó con sus propias manos órganos enteros, Rosa solo gritaba “Otro dem0n1o más que sale, gloria Dios“. Y así hasta prácticamente hacerle una d1s3cc1ón completa a la n1ña de tan solo 11 años.
En febrero de ese mismo año, tras el proceso judicial las mujeres quedaron absueltas ya que se dictaminó que la situación ocurrió en un eximente y completa enajenación mental. Según las investigaciones, Mari Ángeles era el objetivo principal del ritual de esa noche, sin embargo ese día le había llegado la regla, por lo que ‘la curandera’ llegó a concluir que las calam1dad3s que les habían estado ocurriendo se debieron al supuesto embarazo diaból1c0, el cual le había pasado a Rosita, ya que según ella “tenía la espada del mal“.