Entre riquezas, lujos y nobles, nació Erzsébet Báthory, hija de los condes de Byrbathor de la región de Transilvania, sus padres provenían de la misma familia, eran primos hermanos.
Su nacimiento en 1560 coincidía con la separación y crisis del país que ahora es conocido como Hungría, una parte estaba ocupada por los otomanos y la otra por los austríacos de la Casa Habsburgo. A pesar de la situación, la familia de Erzsébet tuvo una gran influencia en la región, además de tener mucho dinero.
Isabel como sería conocida al castellanizar su nombre, tenía lazos importantes, su tío fue Istvan Báthory, príncipe de Transilvania y rey de Polonia entre 1575 y 1686. Su infancia la pasó en el castillo de los Ecsed y la educaron muy bien a comparación de otros miembros de la nobleza, sabía hablar alemán, latín y húngaro.
La belleza de Isabel la convertía en un gran partido para varios pretendientes y cuando tenía apenas 11 años la comprometieron con el conde Ferenc Nadasdy, cuatro años después oficializaron su matrimonio. Tuvieron un varón y tres hijas.
Hasta los primeros años de su vida, lo más extraño que le había sucedido a la condesa eran varios ataques de epilepsia pero todo cambió cuando conoció a su suegra Úrsula, nunca se llevaron bien pero se toleraban hasta cierto punto. Su matrimonio no tenía mucha interacciones, el conde pasaba largas temporadas en batalla y en 1604 fallec1ó.
Ese año marcaría el momento donde Isabel desataría su locura y mostraría una faceta de sad1smo y violenc1a en el castillo.
Sin perder el tiempo, corrió a su suegra y con la ayuda de Darvulia, una bruja de la región, montó un laboratorio en los sótanos. El resultado fue un terrorífico lugar con aparatos de t0rtura, el ritual era llevar a las sirvientas o mujeres jóvenes abajo y por medio de cuch1llos, atizad0res y ganchos, echaba a volar su imaginación.
Con 44 años, se volvió una fijación para Isabel mantenerse joven y bella, es por eso que comenzó a beber la sangr3 de las chicas a las que t0rturaba, además de darse baños en el líquido vital de sus víct1mas.
Durante un buen tiempo, la Condesa Sangr1enta continuó con sus horribles prácticas, nadie sospechaba que dentro de las paredes del castillo se cometían los peores cr1menes. Cuando mur1ó Darvulia, Isabel se volvió descuidada al elegir a sus víct1mas, empezó a secuestrar a jóvenes nobles y es ahí cuando la gente del pueblo la acusa formalmente.
El rey Mathyas ordenó que investigaran el caso y conde Thurzo, su primo, se encargó de detenerla, llevarla a juicio y ver que se hiciera justicia. En su hogar, encontraron varios cuerp0s desangrad0s y los mecanismos que usaba para t0rturar a las chicas.
Guardó silencio en el juicio y nunca mostró muestras de arrepentimiento; la condenaron a cadena perpetua, la encerraron en su habitación y tras cuatro años sin ver la luz y con la comida justa, “La Señora Infame” fallec1ó en 1614.
El caso de la condesa de Báthory ha inspirado numerosas historias desde el siglo XVIII hasta la fecha y es conocida como una leyenda que ha pasado de generación en generación.
Los crímenes de la Condesa Sangrienta se volvieron famosos y nadie sabe realmente la cantidad real de sus víct1mas, lo que sí se sabe es que por mucho tiempo, sus documentos e información eran secreto, de hecho, sus diarios personales siguen sin ser encontrados.
Como dato curioso, la banda británica Venom le dedicó la canción Countess Bathory en su disco de 1982 , “Black Metal”.